-Ser feliz no tiene que ser tan complicado.
-No, no lo es.
-Si, si lo es. ¿Tan difícil sería que un día se me acercase, me abrazara y me dijera que me ama con todas sus fuerzas?
-Pues si, eso si que es difícil.
-¿Por qué dices eso?
-Porque tu lo ves todo como un cuento de hadas. Todo de color rosa. Lo siento chica, pero la vida no es así ¿sabes? Mírate: Estás ahí, viéndolo jugar un partido de baloncesto, con tu mejor vestido, con tu mejor sonrisa, pensando en él, y yo...
-¿Tu qué? Tu lo tienes todo.
-No. Yo no tengo nada. Ahora mismo estoy hablando con la chica a la que amo desde que la conozco y no soy capaz de decírselo. Y lo peor de todo es que estamos en unas gradas viendo como el asqueroso ese al que tanto ama mete un triple, o como se llame eso.
-...
-...
-No se que decir...
-Te diría que no dijeras nada, que me besaras, pero prefiero no pasar por ese momento tan ridículo. El partido ha terminado, ve a felicitar a tu príncipe. Pero no olvides que te quiero
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